Soy una apasionada de la productividad y la planificación, pero no siempre fue así. Mi historia comenzó como wedding planner, una profesión que me enseñó el poder de los detalles, pero también me hizo cuestionar qué quería realmente para mi vida: trabajar de forma remota y tener libertad geográfica.

Con el tiempo, mi prioridad se volvió crear un estilo de trabajo que me permitiera manejar mi tiempo, mis proyectos y mi vida sin sacrificar lo que de verdad importa.

La ironía es que sé de productividad porque soy desorganizada.

Probé todos esos métodos que prometían ser “verdades absolutas”: madrugar a las 5 a.m., planificar cada minuto, seguir rutinas rígidas… y me frustré. Descubrí que no necesitaba fórmulas mágicas ni clichés para avanzar. Lo que realmente me funcionó fue crear un sistema alineado con mis prioridades y mi energía, sin agobios ni exigencias.

Hoy, con más de tres años de experiencia manejando más de 12 proyectos al mismo tiempo, sé que la productividad no se trata de hacer más, sino de hacerlo mejor y con intención.

Mi misión es ayudarte a encontrar tu propio ritmo y enfoque para que cumplas tus objetivos mientras disfrutas el camino.